Las islas Galápagos nunca han estado conectadas con el continente; los seres vivos que las habitan llegaron a ellas después de haber recorrido miles de millas marinas. Al llegar, sobrevivieron y lograron establecerse, permaneciendo allí por miles de años, durante los cuales evolucionaron sin ninguna influencia exterior.
Así, tras evolucionar a través del tiempo, la flora y la fauna de estas islas presentan un gran endemismo, ya que las especies originales fueron adaptándose a las nuevas condiciones y, por tanto cambiando.
Otra característica interesante es que estas especies evolucionaron sin la existencia de depredadores, razón por la cual no se sienten amenazados con la presencia humana o de los animales introducidos.
Es por todas estas razones que Galápagos se constituye como un ecosistema frágil con alta diversidad y endemismo, características que requieren un gran cuidado en el control de la pesca, de la afluencia de turismo, y la vigilancia de la introducción de especies foráneas y plagas.
En el archipiélago de Galápagos existe una totalidad de 2 941 especies de animales terrestres, siendo un número bajo comparado con otras áreas continentales de América del Sur. Esto es debido a que al estar a 1 000 km del continente, los intentos de colonización fueron escasos, pues las especies tuvieron que atravesar una gran distancia volando, nadando o en balsas naturales; y aun así estas son reconocidas a nivel mundial, debido a las adaptaciones y el aislamiento que sufrieron.
Aguinaga Buendía. M, I(2011) .Ciencias Naturales. Quito: Ediciones Editogran S.A. (pág.31)
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